Eres crisantemo azul que abraza el rocío del alba.
Eres manta que abriga mi despertar.
Eres flor que nunca muere en mi corazón.
con mis manos cogí muestras de abrazos finitos,
pensando que el campo era largo y poblado.
Arranqué tallos y removí la tierra,
recogí todo el jardín sin encontrar.
Con cuidado planté mil flores,
con mis manos busqué la paz.
Mar, que tantos versos emanas
de tu inmenso cantar,
todo lo tenía contigo,
todo me faltaba, quizá.
Miré al campo, subí colinas,
abracé árboles de vida,
bebí del río, lloré al andar.
Veo entonces allí, donde apenas busqué
un alma pura, una princesa,
veo mi yo reflejado con los brazos abiertos
susurrándome: «ahora sí, ahora sí».
Escucho mil frases rebotando en mi cabeza,
y la vacío. No me interesan.
Eres tú. Sólo tú. Te amo.
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