Eres tú, árbol, que hacia el cielo mira.
Eterno báculo de sombra rayada.
Eres tú acaso esperanza
que de yergue altiva en mis adentros.
Eres Rómulo descubriendo imperios,
flor de hojas, que asemejas fuegos de artificio.
Luz intrépida, lento caminar…
Eres, sangre roja, palmera de bienestar.
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