Treinta y tantos.
Vislumbrando el horizonte hermoso de media vida.
Añorando personas, vivencias.
Dejando atrás infancias protegidas,
que acaso fueron felices.
Treinta y tantos.
Andando por caminos de asfalto
que otrora fueron rincones vírgenes
de pecado infantil.
Llorando el alma cada vez que, de reojo,
abrazo esa foto inmaculada del recuerdo.
Treinta y tantos.
Durmiendo en el pueblo que me vio crecer.
Deseando arrancar un nuevo día…
Treinta infinitos.
Mañana nace un nuevo yo.
Nace llorando, como aquél día,
en el vientre puro.
Nace mirando alrededores desconocidos,
boquiabierto y sorprendido.
Nace con palabras llanas,
sencillos acordes de pubertad.
Nace sintiendo un regalo, cariñoso,
de alguien especial.
Treinta y siete.
Negro, impar, y sigo jugando.
Treinta y gracias.
Vida, fuerza, y tu abrazo.
Cumpleaños
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